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Como un cristal moldeado por las olas del mar, el huevo vibrador Oh de Platanomelón se moverá como pez en el agua en tu interior. Este juguete se mecerá a tu antojo gracias a su control remoto y te brindará un oleaje de sensaciones que inundará todo tu cuerpo.
El huevo vibrador Oh de Platanomelón está diseñado para uso vaginal y para masajear todas las zonas erógenas como el clítoris, los pezones y el glande. Insertarlo es muy sencillo y puede retirarse con gran facilidad gracias al cordón del extremo. Además de la gran potencia de su motor, el vibrador con control remoto Oh tiene unas espirales suaves que otorgan una estimulación extra.
Su tamaño lo hace discreto y fácil de transportar. Se activa con el mando a distancia, cuenta con 4 intensidades y 7 modos de vibración y tiene un alcance de aproximadamente 15 metros. Este juguete es resistente a salpicaduras y está fabricado con silicona hipoalergénica de alta calidad que le confiere un tacto sedoso muy agradable. Ojo! No es sumergible.
El huevo vibrador Oh de Platanomelón está a tus órdenes o a las de quien se haga con el control. ¿Jugáis un rato?
Antes de nada, es fundamental tener el juguete cargado para que no te deje a medias en plena función. Para ello, utiliza el cable USB incluido y ponlo a cargar durante aproximadamente 1 hora y media.
Para comenzar a usar el juguete, presiona durante 3 segundos el botón del huevo vibrador y el botón del mando a distancia y empieza a sentir sus potentes vibraciones. Para aumentar la intensidad, pulsa el botón superior del mando a distancia y para disminuirla, pulsa el botón inferior. ¿Quieres ver qué más puede ofrecerte el huevo vibrador? Pulsa los botones de los extremos del mando a distancia para descubrir sus 7 modos de vibración y déjate llevar por el placer.
Para que disfrutes al máximo de la experiencia, usa un lubricante a base de agua y lávalo siempre antes y después de cada uso con agua y jabón neutro o con un Toy Cleaner.
Érase una vez una gallina de los huevos de oro, que un día puso un huevo extra especial. Un huevo hecho para jugar en secreto, capaz de transformar lo aburrido en algo excitante, incluso una cena familiar.
Y colorín colorado, este cuento no ha hecho más que empezar.
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